Zapeando con Edward

© Alejandro Abate.

Nicky Hopkins golpeaba las teclas de una forma poco usual, porque Charlie le marcaba el compás cada vez más rápido. Se miraban entre las mamparas y no dejaban de sonreírse. Cuando por la puerta del costado del estudio, aparecieron Mick Jagger y Ry Cooder (**), Nicky se levantó del taburete y se alejó unos pasos de su instrumento -un Steinway con la tapa abierta- y  encendiendo un cigarrillo miró hacia el lado de los recién aparecidos. Ry preguntó entonces a quién se le había ocurrido ensayar en ese sitio del Olympia, habiendo otros sitios en Londres mejores para hacerlo. Nadie contestó ni prestó mucha atención a la consulta. Charlie convidó cigarrillos, y todos se acercaron a las ventanas para fumar.

El piano de media cola descansaba en el ángulo más luminoso del salón. Por los vidrios ya no tan transparentes, se filtraba una pequeña claridad que caía sobre la tapa del piano y alguno de los amplificadores desparramados en el espacio adyacente.

Cuando todos dejaron de fumar y de tomar whisky siendo las cuatro de la tarde, volvieron a ocupar sus puestos e intentaron seguir con los temas que se habían propuesto.  Por fin Bill Wyman llegó, emulando a Keith en la falta de puntualidad  y se calzó el bajo sobre su chaleco de pana, un Erick Baker de diapasón largo. Luego ya todos ubicados con sus instrumentos y micrófonos listos, dieron por empezada la ronda.

En forma prolija y lenta, Nicky Hopkins marcaba los bajos desde el piano, que a su vez mantenía la melodía del tema. Bill y Charlie lo seguían y Ry Cooder hizo sonar su semi-acústica  Gibson de doce cuerdas, su compañera inseparable desde algunos años atrás.

De cualquier forma, se notaba que algo desde afuera distraía a los músicos.

Tras las ventanas, la pérgola del patio interior, aún mostraba el esplendor de antaño. Un enjambre de pájaros desconocidos, trinaban en forma  monótona sobre un viejo jazmín ya seco.

Hasta que de repente, Charlie Watts empezó otra vez marcando el compas en forma lenta y contundente con el pedal del bombo de la Gretch y Mick Jagger inició con las primeras estrofas y los cuatro músicos irrumpieron, en acorde y al unísono, con aquel viejo blues de Elmore James: «It’s horme too.»

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Notas del Autor:

(*) Este relato corresponde a una de las sesiones de ensayo y grabación de los Rolling Stones, en los viejos estudios Olympia de Londres, en mayo de 1969, cuando Keith Richards se tomó un respiro mientras grababan las sesiones del album “Let it bleed”. Edward, era el seudónimo de Nicky Hopkins, el pianista que muchas veces fue considerado como el “sexto Stone”. En el año 1971 cuando los Rolling Stones estrenaban su sello (Rolling Stones Records) sacaron el disco «Jammng with Edward» con un resumen de esos ensayos.

(**) Ry Cooder, es un guitarritas y compositor que ya había trabajado con los Stones, y luego, en el año 1971 intervino en la grabación del disco “Stiky Fingers” en la banda “Sister Morphin”.

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